31.10.13

Ocupada.

He estado unos días sin poder actualizar porque he tenido que hacer muchas cosas. Para empezar iba aplazando el día de volver a escribir para que fuera un buen post, pero cuando me di cuenta era fin de semana, tenía cumpleaños (party power), por consiguiente domingo de resaca y cama, y ya el lunes empecé con todo el estudio atrasado... ¡a veces creo que no me va a dar tiempo de estudiarlo todo! T__T Me lo pasé muy bien, ahora os dejo una foto. La cumpleañera era mi amiga Eva, le hicimos una sorpresa: teníamos hechas unas bandas de color amarillo fosforito que ponían "la amiga pija", "la amiga sexy", "la amiga borracha", etc. Yo era la amiga pirada. Y bueno, noche para no olvidar.
Hablando de más cosas, ¡ya no hace falta que tome más Progevera! Ya me ha bajado el periodo, a lo bestia he de decir, nunca me había dolido tanto. Ya pude empezar con las antibaby, a ver si me la regulan de una vez. Por todo lo demás... igual, algún problema familiar, pero eso espero tenga pronta solución. 
(Hoy no dejo entrada en inglés porque no me da tiempo amores, sorry). Os dejo una foto del cumple y más abajo un texto, espero que os guste. Muacks ♥























Votamos a Pinocho para presidir el cuento, pero no cumplió su promesa de mejora para el pueblo. Se fue perdiendo todo lo bueno. Timón y Pumba ya no ven las estrellas del cielo y no por falta de deseo, la contaminación de la fábrica de Charlie lo tapa entero. 
Salimos de la madriguera a buscar el conejo que nos haga olvidarnos de todo por un momento. Los dragones sobran en este cuento, pues los príncipes sólo quieren princesas de fácil acceso. Los finales felices se convirtieron en sexo, hasta Ariel empleó sus piernas para trabajar. Vendiendo su alma por dinero, ahora es su chulo y no una maldición la que le impide hablar. Ahogará sus penas en un mar de alcohol, cuando se vea a sí misma al salir el Sol. 
¿Quién dijo que el cuento fuese justo? Aquí el jefe es el único que descansa a gusto. Mirando como gigantes de Liliput mientras trabajamos como siete enanos y cobramos como uno. El cuento de la vida.

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