13.6.13

El peso de las palabras.

Tengo un hambre increíble y parece que la comida va a tardar un poco en hacerse, así que vuelvo por aquí . Ayer fue un día nefasto, de los que no tienes ganas de nada y estás en modo pitbull con todo el mundo, ¿sabéis? Por culpa del gracioso de turno que viene y te pega la tortilla al techo (sinónimo de fastidiar el día), cómo les odio. 
Todos tenemos alguna inseguridad y el que lo niegue, miente. La mía, por ejemplo, es el físico. No es algo que me deprima, que me lleve por el camino de la amargura ni nada de eso, yo sé que debería quitarme algunos quilos, pero tampoco veinte. Me provoca inseguridad más que nada por el tema estrías, celulitis, flacidez... todo eso tan antiestético, además, soy de las que piensan que las curvas son muchísimo mejores que las formas insípidas de muchas que están delgadas.
Yo me lo tomo con calma, al fin y al cabo sólo se puede adelgazar con constancia, ejercicio, buena hidratación, paciencia y con una dieta que no te dañe (por internet hay un montón de planes de adelgazamiento, nada recomendables, en plan: adelgaza en tres semanas veinte quilos, tal), porque, posiblemente intentando remediar tu "sobrepeso", que en algunas lo pongo en duda, destrozas alguno de tus órganos y sería peor el remedio que la enfermedad.
Por eso os recomiendo que acudáis a un buen médico, que os haga una dieta a vuestra medida y que lo combinéis con ejercicio, por ejemplo haciendo Zumba, una manera divertida de adelgazar y a la vez pasárselo bien. Recordad que con fuerza de voluntad se pueden conseguir muchas cosas y que nunca debéis hacer caso de las maledicencias de los demás, porque es lo que quieren, debilitarte.
Ahora os pondré algún textito amores, muacks :3


Nunca pensé que la vida girara tan rápido, a tal velocidad, que mis decisiones sólo son pequeñas estelas en el gran cielo de aciertos y errores. No entendía, hasta ahora, que la noria en la que nos subimos nada más nacer ya está en marcha mucho antes de nuestro comienzo. Empezamos acabando y acabamos empezando.
Siempre el mismo patrón de saludos y despedidas. Duele admitir que los caminos, los sentimientos, las amistades y las relaciones tienen su fin. Pero es así. Un desenlace en el que no tomamos parte, sólo nos dejamos llevar.
Aspiramos a carruajes, a príncipes, a idealizar el cuento de hadas. A conseguir un trabajo ideal, la casa soñada, los hijos perfectos. Nuestro propio paraíso de ilusiones, y que en eso quedan, en ilusiones. Deseos al aire, porque después de años, los sueños son sustituidos por conformismos, por realidades. Sólo anhelamos una estabilidad, una normalidad que no se salga de los cánones.
¿Qué nos hace cambiar? Irónicamente nos cambia lo mismo que nos creó las ilusiones: la vida.
Hay quien diría que no es justa, que no equivale a las necesidades de cada uno. Lo que cada cual merece. Pero si no sabes lo que vales, ¿cómo sabes lo que mereces? Es por lo que os propongo un reto: no os pongáis límites. No cuadriculéis los minutos. Salid a la calle con vuestra mejor sonrisa y ahí sabréis qué os espera.
La distinción está en que la llama con la que venimos al mundo, esa que nos hace creer, no se apague. Que podamos, al cabo del tiempo, afirmar que hemos hecho todo lo que deseábamos. Contra todo pronóstico, y aunque nuestro alrededor no contribuyera. Tenemos las armas, sólo hay que aprender a utilizarlas.
No pierdas el tiempo, no se va a detener, únete a su ritmo y sácale partido. Pelea por tu verdad, por tu personalidad, por tu hueco en este mundo de patrones. Es difícil, no lo niego pero, ¿hay algo en esta vida que merezca la pena y no sea duro de conseguir? ¿A qué venimos? ¿Por qué sufrimos? ¿Hay siempre una razón? Tal vez. Quizá ese es nuestro cometido:
responder a las preguntas que están disueltas en un mar de dudas. Y con ello, encontrarnos a nosotros mismos.

1 comentario:

  1. Es que hay gente que se piensa que tener un físico de modelo es cosa de una semana, de una opración bikini, llámalo como quieras...
    Hoy mismo, en una de las páginas pro-ana que tengo en facebook veía a una obesa diciendo "necesito perder 5kg en una semana, ¿algún consejo?" y otra le contestaba "ayuna todos los días hasta que estés contenta". En esa misma página veía a una chiquilla claramente enferma pregonando: "Cómo perdí 3kg en 15 días sin rebote", ¿su truco? Comía una ensalada, la vomitaba, hacía una hora de ejercicio y luego se laxaba. ¡Anda ya...!
    A mí me ha costado un año bajar 15 kilos, y aunque aún me sobran unos cuantos, no tengo prisa. Hay que tener un poco de cabeza para hacer las cosas bien, no dejarse llevar por planes absurdos de una semana...
    Un beset!

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